La Ruta Romántica
La Ruta Romántica Cumple 70 años
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Publicado 09.09.2020 | Celia Martínez
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La Ruta Romántica cumple 70 años
Cuando este circuito turístico se lanzó en Alemania en 1950, se quiso con él transmitir una idea desvinculada del pasado nazi y de los bombardeos de la guerra. Se trató de anclar a tradiciones y leyendas medievales que mostraban una cara más amable y pintoresca que encajaba a la perfección en la idea de la Alemania más tradicional. Setenta años después, la Ruta Romántica es la opción turística más famosa del país.
La ruta que se diseñó abarcaba un conjunto de municipios extremadamente cuidados y entrañables, entre los viñedos de Würzburg y el paisaje alpino de Füssen. Lejos de la industria, el diseño o la modernidad que el milagro económico alemán quiso proyectar, la Ruta Romántica combina praderas, fortalezas medievales, cervecerías y pueblos que parecen atrapados en el tiempo. Ha llegado así a convertirse en un regalo para los sentidos, especialmente la vista y el gusto. Ruta ideal para recrearse en los paseos, la fotografía o una buena experiencia gastronómica: desde quesos regionales hasta vino de Franconia o cerveza de Baviera.
Tradición vinícola y ciudades amuralladas en Franconia
El escritor Hermann Hesse llegó a afirmar que “si pudiera elegir el lugar donde nacer, escogería Würzburg”, centro de la región vinícola de Franconia. Esta ciudad universitaria, que se extiende a ambos lados del río Main, combina arte y una imponente arquitectura. Como es el caso del edificio Residenz, uno de los palacios barrocos más relevantes del sur de Alemania, símbolo de la riqueza y prestigio de los obispos de Würzburg. Para los amantes de la buena gastronomía, la ciudad ofrece además festivales de vino, visitas a bodegas o excelentes restaurantes gourmet.
Vinculada también a la tradición vinícola, se encuentra Dinkelsbühl, colorido pueblo medieval considerado la parada más evocadora, cuyo centro apenas ha variado en 400 años. Su buena conservación permite caminar por sus murallas fortificadas para adentrarse en el que es, para muchos, el corazón histórico más bonito de Alemania.
La ciudad amurallada de Nördlingen es con bastante seguridad una de las paradas más curiosas de la ruta, ya que se ubica en un cráter de 25 km de diámetro, algo que puede observarse desde una de las torres de la Iglesia de San Jorge. Esta icónica vista fue inmortalizada en la película de 1971 Willy Wonka y la fábrica de chocolate, convirtiendo a Nördlingen en un paisaje típico de cuento.
Sin embargo, si existe un lugar que ha servido de inspiración a la hora de representar un escenario típicamente medieval, ése es Rothenburg ob der Tauber. Pequeña localidad sobre el río Tauber que es parada obligatoria para muchos por sus calles empedradas, murallas y fachadas con vigas entramadas. Y es precisamente este espíritu medieval el que sirvió a Walt Disney como fuente de inspiración para concebir los bocetos de Pinocho, el clásico de 1940.
Rothenburg está también profundamente anclado a su tradición navideña, desde el mercado de Navidad hasta el museo de objetos decorativos y artesanía, pasando por las llamadas Schneeballen (bolas de nieve), dulces típicos de esa época que se pueden adquirir durante todo el año.
Gastronomía y literatura en Feuchtwangen y Augsburg
Es Feuchtwangen la ciudad que ofrece una mejor oferta culinaria en lo que a dulces se refiere, ya que se pueden visitar talleres de repostería y hasta aprender a preparar gofres en un horno tradicional. Pero si hay un tesoro en esa ciudad es el claustro románico ubicado en la Marktplatz. En él se celebran todos los veranos festivales de teatro al aire libre sobre clásicos de la literatura.
También Augsburg, una de las ciudades más antiguas de Alemania y que aún conserva en sus fachadas vestigios de haber sido un centro económico y comercial durante la Edad Media, tiene una fuerte conexión con la literatura. En ella nació el escritor alemán Bertolt Brecht, cuya casa se puede visitar.
El castillo de Neuschwanstein como culminación de la ruta
La ruta finaliza en una pequeña localidad enclavada ya entre altos picos alpinos, Füssen, imprescindible por ser el lugar en el que se encuentra uno de los castillos más famosos del mundo: Neuschwanstein. Casi como si emergiese de una fantasía, a medio camino entre la arquitectura, la escenografía y el paisajismo, se encuentra este espectacular lugar diseñado por el rey bávaro Luis II, genial y excéntrico a partes iguales, que quiso recrear el mundo de la mitología germana a través de la obra de Richard Wagner.
Con frecuencia, se ha hablado de cómo Neuschwanstein ha sido también fuente de inspiración para artistas. Es el caso de Disney y el castillo que diseñó para La bella durmiente en 1951, así como la serie de litografías elaboradas por Andy Warhol en 1987.
Sea cual sea la ciudad elegida, es fácil acertar si lo que se busca son imágenes propias del paisaje tradicional alemán. El secreto de la Ruta Romántica es saber disfrutarlo con calma y recrearse en lugares por los que parece no haber pasado el tiempo.
Celia Martínez | Guía de Alemania