El Norte de Alemania
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Publicado 31.07.2020 | Celia Martínez
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La Alemania desconocida para el viajero internacional
Algunas ciudades del Norte de Alemania parecen compartir una estética y tradición comunes: el espíritu de lo marino, historias y aventuras de navegantes o la sed por abrir horizontes nuevos. Todo esto ha favorecido la entrada de diferentes influencias dando un resultado similar. A medio camino entre los cuentos de hadas, las leyendas de piratas, los castillos encantados y los mitos nórdicos, todas comparten un mismo espíritu debido al papel que ha jugado la presencia del agua.
Bremen
A orillas del río Weser se encuentra la ciudad de Bremen, que junto con Bremerhaven forma el estado más pequeño de Alemania. Hoy es uno de los municipios más cómodos de visitar, donde se pone de manifiesto el concepto de schön klein, como una ciudad no muy grande, bonita y manejable. Su ambiente estudiantil y su tradición comercial confieren a Bremen una atmósfera de mezcla y aperturismo. Fama quizá alimentada por la obra de los hermanos Grimm, en la que un grupo de animales que ya no son útiles a sus dueños deciden convertirse en músicos y hacer fortuna en Bremen.
Como resultado de su tradicional actividad comercial, destacan calles como la famosa Böttcherstrasse, de estilo expresionista art nouveau encargada por un comerciante y que se caracteriza por su trazado sinuoso de edificios de ladrillo rojo. Otro conjunto de calles, conocido como Schnoor, es un barrio ribereño que ha cambiado mucho en los últimos años. La palabra Schnoor hace referencia al modo en que las casas rurales de los s. XV y XVI se fueron concibiendo en forma de ristra o cordón a lo largo de los callejones. El barrio, originalmente dedicado a comerciantes, artesanos o pescadores, es hoy una de las zonas con más encanto de Bremen. Un laberinto de calles tortuosas en el que perderse entre sus cafés, restaurantes y exquisitas tiendas.
Lübeck
Lübeck parece sacada de un cuento de hadas, cuya emblemática Holstentor da la bienvenida a la ciudad antigua (Altstadt). Tras esta puerta de estilo gótico báltico discurren sus casas medievales de antiguos mercaderes con el pronunciado estilo que definen sus chapiteles, delineando lo que llaman la “corona de Lübeck”.
Marcada también por su fuerte tradición comercial como corazón de la Liga Hanseática, la arquitectura de ladrillo rojo es protagonista en esta ciudad, por ejemplo, en el conjunto de edificaciones ubicadas en la ribera del río. Es el caso de los famosos Salzspeicher, empleados como almacenes de sal para conservar arenques, artículo esencial en el comercio hanseático. Pero si algo tiene un encanto especial es su plaza principal, o Markt, considerada una de las más bonitas de Alemania. Es con frecuencia descrita como un “cuento de hadas en piedra”, con su característica Iglesia de María y el Ayuntamiento. En ella se encuentra además el famoso Café Niederegger, institución de 1806 especializada en el mazapán, producto típico de la ciudad y donde se realizan talleres personalizados para realizar mazapán.
Lübeck es considerada la primera ciudad antigua de Europa del Norte en ser nombrada Patrimonio de la Humanidad. Tal distinción llegó en 1987 por la conservación del carácter preindustrial en su centro medieval.
Wismar
Esta ciudad del estado de Mecklenburg-Pomerania es una de las seis ciudades hanseáticas alemanas. Se encuentra situada a orillas del mar Báltico, en la bahía de Wismar, y a pesar de haber sido bombardeada en doce ocasiones durante la Segunda Guerra Mundial, es también Patrimonio de la Humanidad desde el año 2002.
Tras la guerra de los Treinta Años, estuvo bajo dominio sueco, lo cual se puede apreciar en las coloridas “cabezas suecas” y otros rasgos que se encuentran en algunas calles. Sin embargo, su espíritu es esencialmente hanseático, con edificios de ladrillo rojo, cuidadas calles empedradas y fachadas decoradas con gabletes.
Por la presencia de canales en la ciudad, Wismar conserva una apariencia “de postal”, algo que la ha convertido en una localización muy popular entre directores de cine. Ya en 1921, F. W. Murnau filmó en esta ciudad varias escenas del clásico expresionista alemán Nosferatu.
Schwerin
Capital de Mecklenburg-Pomerania y una de las ciudades más bellas de la región. Caracterizada por un paisaje salpicado por doce lagos, su centro histórico es una mezcla de arquitectura de los s. XVI y XIX. En ella lo más característico es el Castillo de Schwerin, que se encuentra rodeado de agua y jardines. Fue la residencia de los Duques de Mecklenburg y en él se encuentra hoy la sede del Parlamento regional (Landtag). Este destino, es una buena excursión para cruceristas de ruta por el Mar Báltico que amarran en Rostock o Warnemünde.
De entre las ciudades de la antigua Alemania Oriental, Schwerin sigue siendo una desconocida, pero sorprende y maravilla a cualquiera de sus visitantes.
Celia Martínez | Guía de Alemania